A) Cifras totales de muertes: Las oficinas de registro informan de todas las muertes en Alemania a la Oficina Federal de Estadística. Para ello, las cifras están disponibles hasta el 22 de noviembre. Hasta ese día, habían muerto essactamente 849.982 personas en el año del coronavirus, el 2020. En el año de la gripe del 2018, hubo algo más de mortalidad en el mismo periodo, 853.520, y la ola de gripe (se ve el gráfico en rojo) fue mucho más fuerte que la del coronavirus. Incluso las olas de calor del verano tuvieron efectos más fuertes.
B) Estructura de edad: Según el RKI [Istituto Robert Koch], los que murieron con un test de coronavirus positivo tenían una media de 83 años (3), lo que está muy por encima de la esperanza de vida alemana. Según los médicos forenses, la mayoría de ellos tenían varias enfermedades graves previas. En años anteriores, se les habría diagnosticado otras causas de muerte; este año, el "coronavirus" es lo que se diagnostica normalmente. Sin embargo, los casos de muertes de coronavirus no se suman, sino que sustituyen a otros diagnósticos, de lo contrario las cifras totales de muertes deberían ser mucho más altas.
C) Situación en las unidades de cuidados intensivos: Inicialmente, la razón de las médidas era evitar la sobrecarga del sistema sanitario. Sin embargo, en la primavera, en los hospitales y los consultorios estuvieron trabajando a jornada reducida 410.000 personas, porque los efectos de la pandemia se habían sobrestimado enormemente (4). En la actualidad, el registro de cuidados intensivos del DIVI no muestra anomalías; la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos es sólo ligeramente superior a la del verano (5).
D) Resultado: Cualquiera que mire la situación de manera sobria y realista no puede, con la mejor voluntad del mundo, identificar una "situación epidémica de importancia nacional". Es engañoso dramatizar la situación actual refiriéndose a semanas individuales o regiones individuales, y particularmente irresponsable mantener a las personas mayores aterrorizadas con el miedo y privar a los más jóvenes de sus oportunidades de vida. En algunos países con peores sistemas de salud, la situación es diferente a la de aquí, pero la política alemana debe basarse en las condiciones de Alemania.
Incluso Suecia, que hasta la fecha ha prescindido de los encierros y las mascarillas, no muestra ninguna mortalidad escepcional que pueda justificar las medidas adoptadas en este país. Los continuos encierros dañan nuestra salud y nuestra vida social y económica y a largo plazo también dañarán el sistema de salud alemán. El leitmotiv actual de "no vivir más para no morir nunca" está mal enfocado.