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Queja viva

De Oarnado. 18 de junio del 2021.

Esto es lo que está pasando por cualquier sitio al que se mire: un abuso de poder sin límites con la imposición -fundamentalmente, por coacción- de leyes de hecho, masivamente obedecidas, que se añaden y van en contra de las leyes de derecho. Y es que a uno le sale ser más papista que el Papa porque, no sabiendo ya cómo defenderse de tanta violencia, se pone a ser legalista y a reclamar que se aplique el Estado de Derecho; ¡fíjate tú cómo está la cosa para llegar a estos extremos!


- ¡Oiga: que, con la declaración de Estado de Alarma, no me puede usted encerrar en casa, que eso es ilegal!
- Señora: estamos en una pandemia.
- Pero, señor Presidente del Gobierno: que, aunque estemos en una pandemia, habrá que seguir respetando el Estado de Derecho, ¿no?
- #quedateencasa, y punto.


- Oiga usted, señor experto: ¿cómo es que en la tele salen todos sin bozal?
- Porque los platós tienen unas dimensiones que eliminan el peligro de contagios. Además, si llevasen mascarilla, sería muy difícil entenderles, y es muy importante que los televidentes entiendan todo muy bien.
- ¡Ah, qué bien! Entonces, si se está en sitios muy grandes (la calle, el monte, la playa, el patio del colegio, el Carrefour, las macro-salas de exámenes, etc) o si es muy difícil que le entiendan a uno si habla con un trapo en la boca, que es siempre, ¿no hay que llevar bozal? No sabía.
- No: usted tiene que llevar mascarilla siempre; eso es sólo para los de la televisión.
- ¡Anda! Y ¿dónde está la ley en la que se establece este privilegio?
- [Silencio absoluto].
- ¡Oiga, oiga, oiga, señor experto!
- Es así, y punto.


- ¡Caballero, la mascarilla!
- Estoy exento por ley del uso de bozal.
- Enséñeme el certificado.
- ¿Qué certificado, señor segurata?
- El que certifique su exención.
- No, señor segurata: la ley no dice nada de que yo tenga que tener certificado de ningún tipo y, mucho menos, que se lo tenga que enseñar a usted.
- Pues si no me enseña el certificado, no puede pasar.
- Pero, oiga, ¡que eso es ilegal!
- O me enseña el certificado o lárguese, y punto.


- Buenos días, señorita: ¿tiene usted cita?
- Sí, a las 11. Es para que me saquen una muela porque me estoy muriendo de dolor.
- Muy bien...
- Pero, ¿qué hace usted, señora recepcionista de la clínica dental?
- Tomarle la temperatura; es obligatorio.
- Pero, ¿estamos locos o qué? ¿Cómo que es obligatorio dejarme disparar en la cabeza con una pistola de esas?
- O me deja que le tome la temperatura o no le podemos atender.
- Pero, oiga usted: ¡que no me pueden negar la atención médica que necesito; que no hay ninguna ley que diga que es obligatorio dejarse disparar en la cabeza con una pistola de toma de temperatura! ¡Que es ilegal, que va en contra de toda ley de protección de datos y de aplicación de tratamientos médicos!
- Señorita, por favor, abandone inmediatamente la clínica porque el resto de clientes se sienten incómodos con su actitud, y punto.


Y vacunaciones obligatorias por coacción; y firmas de "declaraciones responsables" por coacción"; y etc, etc, etc.

Y es que, toda esta dictadura de hecho que sufrimos, sólo es posible gracias a la obediencia y mutismo de la gente que acepta ya lo que le echen, y no se queja ni dios. Bueno, no: nunca todo, nunca nada. Por eso alegra tanto cuando la gente se revuelve y no se somete así como así. ¿Que tienen mucho poder? Sí, claro: tienen mucho, pero no todo; no pueden todo y no pueden callar a quien no le da la gana callarse. Por eso, gracias a todos los que comparten estas quejas y denuncias tan bien dirigidas. Gracias por alegrarnos un poco el alma al ver que no todo dios se calla.

¡Salud y queja viva!


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