Antes del COVID, Gates planeó con las farmacéuticas, los CDC, los medios de comunicación, China y la CIA, la censura en las redes sociales de los defensores de la seguridad de las vacunas
Artículo en Children's Health Defense por Robert F. Kennedy
En octubre de 2019, poco antes del brote de COVID, Gates y otras personas poderosas comenzaron a planificar cómo censurar a los defensores de la seguridad de las vacunas en los medios sociales durante una simulación de mesa de una pandemia mundial, conocida como Evento 201.
En las últimas dos semanas, Facebook y otros sitios de medios sociales me han borrado de la plataforma, a mí y a muchos otros críticos de la corrupción regulatoria y las políticas autoritarias de salud pública. Así que, aquí hay algo de material para aquellos que tienen la inquietante sensación de que la respuesta a la pandemia del gobierno/industria parece haber sido planificada incluso antes de que hubiera una pandemia.
Este documento adjunto muestra que un cónclave de individuos poderosos efectivamente comenzó a planear el desalojo masivo de los escépticos de la vacuna de los medios sociales en octubre de 2019, una semana o dos antes de que el COVID comenzara a circular. Ese mes, el fundador de Microsoft, Bill Gates, organizó un ejercicio de cuatro simulaciones "de mesa" de una pandemia mundial de coronavirus con otros mandamases de alto rango del "Estado profundo". El ejercicio se denominó Evento 201 .
Entre los co-conspiradores de Gates se encontraban representantes del Banco Mundial, el Foro Económico Mundial (Gran Reset), el Centro sobre Poblaciones de la Universidad Bloomberg/Johns Hopkins, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDCs), las grandes potencias de los medios de comunicación, el gobierno chino, un antiguo director de la CIA/Agencia Nacional de Seguridad (no hay tal cosa como un ex-oficial de la CIA), el fabricante de vacunas Johnson & Johnson, las industrias de las finanzas y la bioseguridad y Edelman, la principal empresa de relaciones públicas corporativas del mundo.
Bajo la dirección de Gates, estas eminencias interpretaron el papel de miembros de un Consejo de Control de la Pandemia, elaborando estrategias gubernamentales para controlar la pandemia, la narrativa y la población. Ni qué decir tiene que se habló poco de la creación de sistemas inmunitarios, de remedios disponibles en el mercado o de medicamentos terapéuticos y vitaminas no patentados; pero se habló mucho de promover la adopción de nuevos medicamentos antivirales y vacunas patentables.
Sin embargo, los participantes se centraron principalmente en la planificación de estrategias centradas en la industria, en el alarmismo y en el estado policial para gestionar un imaginario contagio mundial de coronavirus que culminaría con la censura masiva de las redes sociales.
Curiosamente, Gates afirma ahora que el simulacro no se produjo. El 12 de abril de 2020, Gates dijo a la BBC: "Ahora estamos aquí. No lo hemos simulado, no lo hemos practicado, así que tanto para las políticas sanitarias como para las económicas, nos encontramos en un territorio inesplorado."
Por desgracia para esa trola, los vídeos del evento siguen estando disponibles en Internet. Muestran que Gates y su equipo sí simularon las políticas sanitarias y económicas. Es difícil de tragarse que Gates lo haya olvidado.
La epidemia de COVID simulada por Gates en el Evento 201 causó 65 millones de muertes después de 18 meses y un colapso económico mundial que duró hasta una década. Por lo tanto, en comparación con la simulación de Gates, la crisis real de COVID-19 ha sido bastante birria, habiendo supuesto apenas 2,5 millones de muertes "atribuidas al COVID" en los últimos 13 meses.
Las muertes "atribuidas al COVID" en la situación real son muy cuestionables, y deben considerarse en el contesto de una población mundial de 7.800 millones, con unos 59 millones de muertes previstas anualmente. Las predicciones de un colapso económico de una década de duración probablemente resulten más acertadas, pero sólo debido al draconiano encierro promovido por Gates.
El guión del Evento 201 de Gates imagina grandes revueltas antivacunas desencadenadas por publicaciones en Internet. La presunción universal y única entre sus participantes era que una crisis de este tipo sería una oportunidad de conveniencia para promover nuevas vacunas, y reforzar los controles de un estado de vigilancia y censura.
El cuarto segmento del guión -sobre la manipulación y el control de la opinión pública- es el más revelador. Predice de forma insólita la crisis actual de la democracia:
- Los participantes discutieron los mecanismos para controlar la "desinformación" y la "información falsa", "inundando" los medios de comunicación con propaganda ("buena información"), imponiendo sanciones por difundir falsedades y desacreditando al movimiento antivacunas.
- Jane Halton, del banco australiano ANZ, uno de los autores de la opresiva política australiana "no vacuna, no paga", aseguró a los participantes que la Fundación Gates está creando algoritmos "para cribar la información en estas plataformas de medios sociales" para proteger al público de pensamientos e información peligrosos.
- George Gao, el clarividente director del Centro Chino de Control de Enfermedades, se preocupa por cómo suprimir los "rumores" de que el virus se genera en los laboratorios: "La gente cree que esto es obra del hombre... [y que] alguna empresa farmacéutica ha fabricado el virus".
- Chen Huang, científico de investigación de Apple, becario de Google y principal esperto mundial en tecnología de rastreo y reconocimiento facial, interpreta el papel de locutor que informa sobre las contramedidas del gobierno. Culpa de los disturbios a los activistas antivacunas y predice que Twitter y Facebook cooperarán para "identificar y borrar un inquietante número de cuentas dedicadas a difundir información errónea sobre el brote" y para aplicar "cierres de Internet... para sofocar el pánico".
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A la Dra. Tara Kirk Sell, investigadora principal del Centro de Seguridad Sanitaria de la Escuela Bloomberg, le preocupa que se acuse a las empresas farmacéuticas de introducir el virus para poder ganar dinero con los medicamentos y las vacunas: "[Hemos] visto caer en picado la fe del público en sus productos". Señala alarmada que "el malestar, debido a los falsos rumores y los mensajes divisorios, está aumentando y está essacerbando la propagación de la enfermedad a medida que los niveles de confianza caen y la gente deja de cooperar con los esfuerzos de respuesta. Se trata de un problema generalizado que amenaza a los gobiernos y a las istituciones de confianza".
Sell recuerda a sus compañeros que "sabemos que las redes sociales son ahora el principal medio por el que muchas personas se informan, por lo que la interrupción de estas plataformas podría frenar la propagación de la desinformación". Hay muchas maneras, aconseja Sell, de que los gobiernos y los aliados de la industria logren este objetivo: "Algunos gobiernos han tomado el control del acceso nacional a Internet. Otros están censurando los sitios web y los contenidos de las redes sociales, y un pequeño número de ellos ha cerrado por completo el acceso a Internet para evitar la difusión de la desinformación. Se han establecido sanciones por difundir falsedades dañinas, incluidas detenciones".
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Matthew Harrington, director general de Edelman Public Relations, está de acuerdo en que los medios de comunicación social deben estar a la altura de la política gubernamental: "También creo que estamos en un momento en el que las plataformas de medios sociales tienen que dar un paso adelante y reconocer que ya no es el momento para afirmar que sólo son una plataforma tecnológica y no un medio de comunicación. De hecho, tienen que participar en la difusión de información precisa y asociarse con las comunidades científicas y sanitarias para contrarrestar o incluso inundar la zona de información precisa. Porque tratar de volver a meter al genio en la botella de la desinformación y la información falsa no es posible".
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Stephen Redd, almirante del Servicio de Salud Pública, tiene la siniestra idea de que el gobierno debería esplorar los datos de las redes sociales para identificar a las personas con creencias negativas: "Creo que con las plataformas de los medios sociales, hay una oportunidad para entender quién es susceptible... a la desinformación, así que creo que hay una oportunidad para recoger datos de ese mecanismo de comunicación".
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Adrian Thomas, de Johnson & Johnson, anuncia "algunas noticias importantes para compartir de algunas de "nuestras empresas miembro [Pharma]": Estamos haciendo ensayos clínicos en nuevos antirretrovirales y, de hecho, ¡en vacunas!". Recomienda una estrategia para hacer frente a los problemas a estas empresas cuando "se estendió el rumor" de que sus productos mal probados "están causando muertes y por eso los pacientes ya no los toman". Sugiere que "quizá estemos cometiendo el error de informar y contar todas las muertes e infecciones".
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La ex subdirectora de la CIA, Avril Haines, presentó una estrategia para "inundar la zona" con propaganda de "fuentes confiables", incluyendo "líderes comunitarios influyentes, así como trabajadores de la salud". Advierte de que "la información falsa está empezando a obstaculizar nuestra capacidad para hacer frente a la pandemia, por lo que tenemos que ser capaces de responder rápidamente a ella".
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Matthew Harrington (director general de Edelman) observa que Internet -que en su día prometió la descentralización y democratización de la información- necesita ahora centralizarse: "Creo que, basándome en lo que ha dicho Avril, al igual que en conversaciones anteriores en las que hemos hablado de la centralización en torno a la gestión de la información o de las necesidades de salud pública, tiene que haber una respuesta centralizada en torno al enfoque de las comunicaciones que luego se transmita en cascada a defensores informados, representados en las comunidades de ONGs, los profesionales médicos, etc."
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Tom Inglesby (esperto en bioseguridad de John Hopkins, asesor de los Istitutos Nacionales de Salud, el Pentágono y la Seguridad Nacional) está de acuerdo en que es necesario un control centralizado: "¿Te refieres a un control internacional centralizado?"
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Matthew Harrington (Edelman) responde que el acceso a la información debe ser "Centralizado a nivel internacional, porque creo que tiene que haber un depósito central de datos y mensajes clave".
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Hasti Taghi (Media Advisor) resume: "El movimiento antivacunas fue muy fuerte y esto es algo que se ha estendido específicamente a través de los medios sociales. Así que, mientras investigamos para encontrar las vacunas adecuadas que ayuden a evitar que esto continúe, ¿cómo hacemos llegar la información correcta? ¿Cómo comunicamos la información correcta para garantizar que el público confíe en estas vacunas que estamos creando?"
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Kevin McAleese, responsable de comunicación de los proyectos agrícolas financiados por Gates, observa que: "Para mí, está claro que los países tienen que hacer grandes esfuerzos para gestionar tanto la desinformación como la mala información. Sabemos que las empresas de medios sociales trabajan sin descanso para combatir estas campañas de desinformación. La tarea de identificar a todos los malos actores es inmensa. Se trata de un problema enorme que nos impedirá acabar con la pandemia y podría incluso provocar la caída de gobiernos, como vimos en la Primavera Árabe. Si la solución pasa por controlar y reducir el acceso a la información, creo que es la opción correcta".
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Tom Inglesby, director del Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins de Bloomberg, coincide y se pregunta si "en este caso, ¿cree que los gobiernos están en el punto de tener que essigir a las empresas de medios sociales que operen de una determinada manera?"
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Lavan Thiru, Ministro de Finanzas de Singapur, sugiere que el gobierno podría dar ejemplos de disidencia con "acciones gubernamentales o de aplicación de la ley contra las noticias falsas". Algunos de nosotros... se han puesto en marcha nuevas regulaciones sobre cómo tratar las noticias falsas. Quizá sea el momento de mostrar algunos casos en los que podamos presentar a algunos malos actores y dejar que los tribunales decidan si realmente han difundido noticias falsas".
Lea la trascripción adjunta para ver cómo Gates y su aparato gubernamental, farmacéutico y de inteligencia telegrafiaron sus planes para censurar y controlar los medios de comunicación durante la pandemia. En otra estraña coincidencia, el COVID-19 comenzó a circular entre la población mundial pocos días después de la reunión de Gates.